El colectivismo africano
En África apenas existe la propiedad privada. Sólo para lo imprescindible, pero todos saben que lo que se tiene es para compartirlo. Para bien y para mal. Cuando algún africano llega del campo a la ciudad lo primero que hace es localizar a alguien de su clan o de su tribu. No le costará demasiado encontrar a alguno de sus compatriotas. Se reconocerán y se darán un apretón de manos muy fuerte. Comenzará la fase de los saludos y dirán de quiénes son hijos y nietos, quiénes son sus hermanos y primos primeros y segundos… Recorrerán con grandes risas todas las ramas de la familia hasta hallar su grado de parentesco, que siempre lo hay. Entonces el recién llegado disfrutará de la hospitalidad del primero, sea en forma de un lugar para dormir o para compartir la comida, o lo poco que haya. Si alguno del clan tiene suerte y fortuna, en seguida se verá rodeado por todos sus familiares que irán a compartirla con él, y el se verá totalmente obligado –la palabra no es obligado porque forma par